jueves, 23 de agosto de 2012

¿Por qué soy un Hermano de Santa Cruz?




Cuando estaba en enseñanza media, no tenía la menor idea que algún día iba a ser un religioso en la Congregación de Santa Cruz. Viví en un pueblo de 398 personas en Los Estados Unidos. Asistí en un colegio público de nuestro pueblo. No sabía que existía un grupo de personas con la categoría de “hermanos religiosos. Cuando me gradué de nuestro colegio, fui a una ciudad donde conseguí un trabajo en una compañía grande haciendo varios oficios de menor importancia. Recuerdo que, camino a mi trabajo, cada día pasé por un colegio grande que indicó que estaba dirigido por los Hermanos de La Salle. Pensé que ellos fueron un grupo protestante.  En mi colegio básico de la parroquia en mi pueblo, nadie nos mencionó que existía un grupo como los Hermanos religiosos. Solamente escuchamos que había religiosas y sacerdotes en la Iglesia.

Por casualidad, había una persona de mi pueblo que entró a la Congregación de Santa Cruz. Un día encontré, en su casa, un tríptico sobre los Hermanos de Santa Cruz. Al principio no me motivó la descripción de la vida de un hermano. Pero un día llegó la pregunta muy fuerte en mi mente ¿Por qué no ser un hermano de Santa Cruz? Leí nuevamente el tríptico, una y otra vez, al final me despertó una curiosidad. Decidí a buscar más información. Escribí al Director de Vocaciones y eventualmente tenía una reunión con el. Decidí entrar para averiguar la vida de los hermanos. A mi sorpresa, me sentí en casa desde el primer día.
Ahora, soy hermano de Santa Cruz por más de 50 años. Al realizar una reflexión de mis años anteriores, estoy tan agradecido por encontrar este tríptico. En mi vida religiosa, he tenido la oportunidad, no solamente de crecer en mi vida de fe y educación, pero también de trabajar junto a otros hermanos y sacerdotes en el servicio a otras personas.


De lo que estoy más impresionado, de nuestra congregación, es la flexibilidad que han tenido hacia mi, en darme tantas oportunidades y apoyo para crecer, incluso llegar a niveles que nunca había pensado, y que pudiera alcanzar. Siento que todos nosotros, los religiosos de la congregación estamos unidos, caminando en la misma dirección aunque muchos de nosotros hemos tenido la libertad de seleccionar varios caminos diferentes, para llegar a un mismo destino, servir a la Iglesia y a Santa Cruz. He tenido la oportunidad de vivir con otros religiosos que me han apoyado y desafiado para seguir creciendo en mi camino de conversión.

Al visualizar mi vida en Santa Cruz, puedo decir que he tenido varias oportunidades de trabajo y servicios, en la educación secundaria, en salas de clases; he trabajado con otros en proyectos de rehabilitación de adolescentes. He vivido, y espero seguir ayudando a jóvenes abandonados y abusados. He colaborado con otros religiosos y laicos en la preparación y distribución de alimentos para enfermos postrados. Hoy trabajo en la formación de talleres educativos para adultos en nuestra Parroquia de San Roque, en Peñalolen.
En fin, me siento agradecido por el aporte y ejemplos de otros miembros de la Congregación de Santa Cruz,  y de muchos laicos, con quienes he colaborado y me animan en mi camino de fe y orgulloso ser un parte de una organización como es la Congregación de Santa Cruz.
Hno. Donald Kuchenmeister,CSC
Casa de Formación – Santa Cruz

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